Nerea S. Lorences

Lucía Jiménez

Resulta fascinante conocer a una persona con tanto talento y en tantas disciplinas diferentes. Alguien como Nerea, que dibuja, pinta, es performer, artista urbana, interviene el espacio… y se siente cómoda en cualquiera de estos ámbitos. Tal y como ella misma afirma, “depende todo del momento y de lo que quiera plasmar o con lo que me apetezca más trabajar en ese instante”.

Asturiana, de Somiedo, Nerea S. Lorences ha adquirido su rica formación en artes plásticas y escénicas a base de esfuerzo, constancia y viajar, mucho viajar. “Lo que vives es lo que te construye como individuo. En Galicia hice mi primera performance, en Holanda mi primer graffiti, en Bilbao me empezaron a interesar los espacios abandonados… es un suma y sigue de experiencias, de gentes, de comidas, de lugares…”. Lugares a los que hay que añadir Augsburg (Alemania), Glasgow (Escocia), y muy pronto también Metlika (Eslovenia). En todos ellos y alguno más (Bruselas, Nueva York y, cómo no, Asturias) ha realizado Nerea exposiciones, individuales o colectivas, performances y otras intervenciones.

Pero volvamos al origen de todo esto, que se encuentra no sólo en Taller 3 -una escuela de Oviedo donde, de niña, Nerea dio sus primeros pasos artísticos haciendo cerámica, escultura o teatro-, sino, tal como ella afirma, al arte urbano. “Todo empezó en el arte urbano, es la base de todo lo que he ido haciendo después”. Y es que a esta artista multidisciplinar le interesa especialmente reactivar espacios abandonados a través de la intervención artística. “Para mí los lugares abandonados supusieron un punto de partida, una estrategia para poder trabajar en la calle sin riesgo de ser multada, sin necesidad de permisos y con total libertad, ya que suelen estar en la periferia y en sitios donde apenas hay vigilancia”.

Unas intervenciones que pronto se llenaron de mensaje. “En cuanto tomé contacto con ellos me invadieron una serie de preguntas sobre el porqué del abandono; empecé a leer sobre urbanismo y cómo en la mayoría de los casos se debe a estrategias políticas y económicas, con lo que mi planteamiento inicial cambió, y pasé de trabajar prácticamente escondida a hacer  una llamada de atención sobre esos espacios”.

Esto se percibe perfectamente en Ruina sobre ruina, la obra de la asturiana que recientemente ha sido seleccionada para la XXIII Muestra de Artes Plásticas del Principado, y en la que la artista centra su atención en un muro medianero. “En Ruina sobre ruina se representa un muro medianero. Siempre me han llamado la atención, son espacios muy peculiares: donde antes había una casa, de un día para otro la tiran y aparecen un solar y una pared que nos muestra partes de esa casa. Espacios que anteriormente eran privados, casi íntimos, pasan a ser exhibidos a todo aquel que pasa por delante. Se da la peculiaridad de que estos espacios nacen como algo eventual, pero al explotar la burbuja inmobiliaria parece que se van a quedar así por mucho tiempo, pasando a ser algo muy característico en las calles actuales”.

Otra vertiente imprescindible del arte de Nerea S. Lorences es la performance. Algunas de sus acciones, como No soy inmune, dejan entrever las líneas generales de su obra, muy relacionada con el espacio urbano y los recorridos. “En mis performances hasta ahora me interesa mucho la idea de recorrido, recorridos entre espacios o en el espacio, por lo tanto, sin espacio urbano no hay performance. En otras ocasiones cuando he realizado alguna performance o happening en espacios más convencionales he intentado que apareciera el espacio urbano de alguna manera en la obra, bien a través de vídeos o fotografías”. Un espacio urbano, que, por cierto, Nerea ve hoy con grandes posibilidades: “en este momento de revueltas sociales donde se reivindica la calle como un espacio propio del pueblo, es donde se están articulando las propuestas más creativas, no sólo a nivel pictórico o de intervención, sino  también trabajos que mezclan el arte con el contexto social. Por otro lado la popularidad de artistas como Bansky o Space Invader, entre otros, hace que la gente conozca y respete cada vez más esta disciplina, y los nuevos medios de comunicación nos permiten la difusión y el conocimiento de obras que de otra manera nos perderíamos”.

Aunque el panorama artístico actual no resulta muy halagüeño, la artista asturiana no deja de ser optimista y asegura que “aunque la vida del artista siempre fue mísera -con la crisis sobrevivir se está convirtiendo en algo bastante asfixiante-, se están dando respuestas colectivas muy interesantes, inventándose nuevas fórmulas, redes y sinergias que están paliando la problemática del panorama artístico actual y que son realmente esperanzadoras”.

Por ahora, Nerea S. Lorences se va un año a Eslovenia, donde trabajará en proyectos que ayudan a la integración de los jóvenes a través de la cultura. La artista no descarta regresar a Asturias para continuar con sus proyectos propios y los del colectivo artístico Paraíso (Oviedo),  del que forma parte. Pero por ahora, Nerea se centrará en sacar el máximo partido de ese nuevo lugar, otro más para adquirir sensaciones, absorber experiencias y seguir desarrollando su gran talento.

Deja un comentario